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El ataque de las personas tóxicas

El ataque de las personas tóxicas

Aunque parezca el título de una película de terror, no lo es o por lo menos no es esa la intención de este pequeño artículo, más bien lo que se pretende es desmitificar este nuevo vocablo psicológico que nos ataca por todos los lados.

La toxicidad en general son aquellos elementos que afectan a nuestra salud, bien sea física o mental, habitualmente esta palabra se ha utilizado históricamente para definir sustancias, aunque actualmente también se aplica a las personas. Esto nos ha generado una nueva necesidad, que consiste en localizar a este tipo de personas para que no afecten a nuestro bienestar, una vez encontradas deberemos castigarlas o bien salir corriendo de su lado. Pero mucho me temo, que el esfuerzo de localización de estas personas nos puede llevar a sospechar de todo el mundo, inclusive de nosotros mismos.

Intentare desarrollar un poco más la explicación anterior en los siguientes párrafos.

Una persona tóxica puede ser cualquier individuo al que podamos aplicar alguno de estos adjetivos, manipulador, envidioso, celoso, agresivo, deprimido, ansioso, criticón y así podríamos seguir con una interminable lista de términos despectivos, ni que decir tiene que los trastornos personalidad también estarían incluidos, narcisos, dependientes, antisociales, histriónicos etc. (personalidades que cumplen con las características anteriormente mencionadas y otras muchas, aunque no profundizare en ellas por no ser el motivo del artículo), pero realmente ¿de que nos sirve conocer este listado?, quizás para iniciar una caza de brujas en nuestro entorno, para no salir a conocer nuevos ambientes por miedo a que sea territorio tóxico, para irnos a vivir a una isla desierta o tal vez debamos salir huyendo cada vez que asociamos a alguien con uno de los adjetivos anteriores o de cualquier otro más hiriente si cabe.

Creo que ninguna de las opciones planteadas hasta el momento nos ayudara a llevar una vida más plena, posiblemente el efecto obtenido sea el contrario al esperado, siendo muy posible que nuestra paranoia de la búsqueda del tóxico nos lleve al lado del cual pretendemos huir y terminemos convirtiéndonos en otro tóxico que habita el mundo, haciendo que otros buscadores de tóxicos nos rechazasen de su lado y así creando un circulo infernal generador de personas tóxicas, esto nos puede generar la terrible sensación de estar viviendo una película sobre zombis de serie B, donde los que nos rodean se encuentran infectados por el virus de la toxicidad, la verdad es que da un poco de miedo, hasta a mí que soy el que lo está escribiendo.

Todo lo anterior debería empujarnos a encontrar otra solución, que nos permita deambular por el mundo con algo más de tranquilidad. Como no pretendo que nadie suscriba la conocida frase «de todo el mundo es bueno», ya que tampoco sería del todo cierto, si que mi intención es desviar vuestra atención a algo que si nos puede dar unas mejores herramientas para transitar por la vida de una forma más o menos plena.

La propuesta es la siguiente:

– En primer lugar mirarnos como personas que merecemos respeto y exigirlo.

– Identificar nuestro puntos fuertes y potenciarlos, reconocer nuestras debilidades y mejorarlas.

– Saber cuáles son nuestras necesidades y ponerlas en el tapete de la vida, intentar llevarlas a cabo sin machacar la de los demás y sin que estos lo hagan con las nuestras.

Estos tres elementos que por básicos no dejan de ser importantísimos, nos permitirán hacer frente a cualquier circunstancia y a cualquier persona, inclusive a nosotros mismos, ya que muchas veces somos los mayores tóxicos que nos podemos encontrar en nuestro camino.

La mejor herramienta para la vida es el propio desarrollo personal y no la búsqueda constante del enemigo oculto.

 

Lorenzo Villaplana Marín

Psicólogo de la Salud y Psicólogo Forense.

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