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Euskadi blinda sus convenios frente al Estado pero no resuelve cómo renovarlos

La patronal y los sindicatos vascos cerraron ayer por la tarde el primer gran acuerdo en casi dos décadas. En la tercera reunión negociadora, las partes consensuaron un texto para dar preferencia aplicativa a los convenios de la CAV sobre los estatales, algo que ya habían intentado sin éxito en 2012 y 2013. Es un pacto histórico por la delicada situación en que se encuentran las relaciones laborales vascas que podría abrir una nueva fase de entendimiento, aunque en todos los flancos reina la prudencia. El acuerdo blinda los convenios vigentes y los que se firmen en el futuro, lo que ya es un paso para poner algo de orden en la negociación colectiva, pero no dice nada sobre cómo reactivar las mesas bloqueadas.

Ayer no hubo sorpresas y, como habían anticipado casi todos los agentes, no hubo problemas para alcanzar un acuerdo de estructura que da prioridad aplicativa a los convenios vascos sobre los estatales. Las dudas que habían surgido en el encuentro anterior fueron resueltas a favor de la tesis de la patronal, es decir, el pacto interprofesional no incluirá el compromiso de desbloquear los convenios. El que más había tensado la cuerda en ese sentido había sido LAB, que ayer optó por “un sí crítico” que no puso en peligro el consenso.

De hecho, la reunión de ayer apenas superó la hora de duración, lo que contrasta con las cerca de tres horas que duró la cita del día 10. Entonces se sentaron las bases del acuerdo pero quedó sin aclarar si el rechazo de la patronal a comprometerse con la renovación de los convenios ponía en peligro el punto central del orden del día. Finalmente ayer las partes optaron por salvar lo común sin entrar en la letra pequeña de la negociación colectiva como pedía Confebask. Eso sí, se protegen del ámbito estatal los convenios que se firmen desde ahora pero también los que están vigentes y los caducados con ultraactividad -quedarían al margen los decaídos, con 100.000 trabajadores-, lo que puede considerarse una pequeña victoria del lado sindical.

La patronal vasca, que fue la que inició la ronda de reuniones, volvió a negarse a hacer referencias al desbloqueo de los convenios, según lamentaron los sindicatos. Las cuatro centrales habían mostrado, con mayor o menor insistencia, su interés en sacar de esta mesa, además del acuerdo de estructura, un compromiso con el desbloqueo de la negociación colectiva para ir rescatando de la congelación salarial a 300.000 trabajadores. “Hemos preferido evitar temas que a todos nos gustaría abordar pero que en otras ocasiones nos han hecho tropezar. No queríamos que eso sucediese otra vez”, señaló Jon Bilbao, de Confebask, que agradeció la “madurez y prudencia” de los sindicatos. El portavoz de los empresarios fue el primero en comparecer ante la prensa y lo hizo de nuevo en solitario al igual que el resto de protagonistas del acuerdo, que rechazaron posar de manera conjunta ante los medios gráficos.

Sobre las consecuencias de este acuerdo nadie quiso anticipar nada. El propio Bilbao repitió que “va de suyo” que la patronal está comprometida con la renovación de sectores cuando está blindando este ámbito negociador, y echó mano de la filosofía oriental recordando que “todo gran viaje empieza con un primer paso y ese primer paso lo hemos dado”, dijo sobre el futuro de los convenios.

“Desde luego que va a ser un viaje largo. La patronal va a tener tiempo para demostrar que defiende la negociación colectiva vasca”, respondió el responsable de ELA, Joseba Villarreal, quien quiso remarcar que la posición del sindicato mayoritario no va a cambiar. “Es un buen acuerdo pero no cambia la situación de las relaciones laborales de este país”, zanjó. En la misma línea, LAB apostó por “la lucha y la confrontación” para forzar a Confebask a ceder en las mesas.

En cualquier caso, y al margen de que nadie haya querido figurar en este proceso como el que ha dado su brazo a torcer, el ver sentados a la misma mesa a la patronal y a ELA y LAB ya es una novedad. Si, como en este caso, el foro alumbra un acuerdo las expectativas se disparan. El blindaje firmado ayer es el primer acuerdo a cinco bandas en Euskadi desde que los agentes sociales lograsen entenderse, en enero de 1999, en las medidas a tomar para relanzar el empleo.

Desde CC.OO. se anuncia que habrá contactos para formar un frente sindical que reme unido en la negociación colectiva, algo que hace unos meses parecía imposible pero que, de salir adelante, podría dar una cierta continuidad a la buena sintonía mostrada estos días en la sede del CRL.

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